lunes, 21 de abril de 2014

Cambio de perspectiva.

Hay cosas que se mantienen inalterables con el paso de los días.

Hay situaciones que no son las mismas, si están en unas coordenadas geográficas diferentes. Aunque sólo haya algunos kilómetros de distancia. Se trata de poner tierra de por medio.

En algunas ocasiones, hasta el mismo aire parece diferente, si lo respiras al otro lado de la montaña. Las nubes te parecen más bonitas, hasta más blancas. La hierba huele mejor que la que hay al lado de casa y la luz de la tarde tiene el sabor de lo diferente.


De entre todas las sensaciones que más disfruto cuando salgo de mi hábitat habitual, hay dos que procuro saborear con toda la intensidad de la que soy capaz. Una, es la sensación de despertarme en una cama que no es la mía. Justo en ese momento en el que pasas de la ingravidez del sueño, aterrizas suavemente en el lado de la consciencia, abres los ojos despacio y te vas situando en el mundo que te envuelve.

Otra, es la sensación del lento transcurrir de las horas, cuando no hay prisa. Cuando descubres otras vistas, otros paisajes y todo es la primera vez. Todo lo que ves es nuevo, todo es todo en ese momento.


Y los pinares de tu niñez, cuando viajabas con tus padres y te adentrabas con la imaginación en bosques plagados de hadas y duendes infantiles, los ves a través de los ojos de la inevitable madurez que imprimen los años de constante lucha contra la realidad.

Esos seres que tu desbordante inventiva, se han transformado con el tiempo en tus cuentos más ocultos, salen de sus escondites verdes, al caer la tarde.



Atraviesan la carretera y se cuelan por la ventana de tu cuarto, ese en el que te despertarás sólo un par de veces en tu vida, para rondar el sueño de la que siempre será una niña, a pesar de la vida, a pesar de las canas, a pesar del peso de la realidad, día tras día y sea el que sea el lugar en el que te despiertes.

4 comentarios:

  1. Hay lugares mágicos que hacen que tu cuerpo recargue buen royo de unas maneras... El mío también es verde ;)

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  2. Debe ser porque el verde simboliza la esperanza y la "calma".
    Besos Madi.

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  3. Me he quedado con una frase que me ha parecido sublime "todo es todo en ese momento", y es que a veces nos expandimos en tantas direcciones, en tantos quehaceres, en mil cosas a la vez que olvidamos comprimir el instante, el tiempo, el momento y valorar ese "todo es todo".

    Nunca dejes de abrazar a la niña que te habita, ya sabes, esa que es muy capaz de ver el mundo con ojos nuevos.

    Como me gusta siempre pasear por tus constelaciones..

    Un besito

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  4. Ojalá las circunstancias no cieguen a la niña que siempre se empeña en querer ver y disfrutar de todo como si fuera la primera vez.
    Besos primaverales.

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