lunes, 24 de septiembre de 2012

Puro amor.

¡Te quiero mucho!,  me dice mi niño cuando entro en su habitación a las 06.05 a.m. porque segundos antes ha estado gritando como un poseso:  "mami, papiiiiiiiiii,..., bibbiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii".
Minutito arriba, minutito abajo esa es la hora en la que suena la alarma de mi móvil (no tengo, ni quiero despertador).
Le doy su primer desayuno del día (suelen ser dos) y mientras, me visto. Cuando vuelvo, me mira con arrobo y agradecimiento.
No puedo salir de la habitación sin un abrazo intenso. Varios besos después y una vez intercambiadas varias caricias mutuas, me voy a hacer lo mismo con su hermana, que duerme pausadamente.
Su cara es tan suave, toda ella es tan pequeña y suave que no puedo evitar sobrecogerme de ternura, mientras la miro y simultáneamente acaricio sus mejillas.
Recojo un mechón rizado tras una de sus orejas, sonrío recordando lo minúsculos que eran sus primeros pendientes. La doy otro beso y se me olvida el tiempo deshaciéndome en caricias con ella.
Son niños a los que les gusta el contacto físico. Y yo disfruto de esa disponibilidad que se que no será eterna.
A veces el "rizos" me asalta en medio de la tarde, me abraza y me pide una dosis de amor maternal, que doy gustosa.
Mi "pitu", para no ser menos ella que su hermano, si ve que este me acapara a abrazos, hace lo propio: "un beso,yo, un beso, te voy a dar un beso" (insistente una y otra vez, es muy insistente) y cuando me agacho para recibir mi dulce premio, me da un beso, suave, muy suave y me dice "y un apazo" (=abrazo).




Y me rodea con sus finos brazos, brazos de junco frágil, pero todo fibra ultra-resistente.
Simples demostraciones de amor. Simple, como su cariño. Inmensos, cada uno a su manera en entregar el corazón.

3 comentarios:

  1. Qué bonitos son los dos M. Qué familia tan linda.
    Un abrazo para los cuatro.

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  2. Tienen demostraciones de amor hacía nosotros y entre ellos que me llenan de orgullo el alma.
    Trato de inculcarles la importancia de los afectos, de la grandeza de saber transmitir sentimientos. Me asustaba la idea de que la Pitu no fuera capaz de ello. Por eso recuerdo su primera sonrisa como un día especial en nuestras vidas.
    Intento enseñarles que dar su amor es otra forma de compartir lo que llevan dentro, que es para mi una de las mayores riquezas que tiene el ser humano y que a veces nos olvidamos de repartir entre los que queremos.
    Un beso preciosa.

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  3. Lo que sí es verdad es que cada vez más a todo el mundo le cuesta demostrar sus sentimientos, será porque esta sociedad horrible lo considera un signo de debilidad y hay gente tan poco valiente. No obstante, la no demostración, no significa, en mi opinión que se quiera menos, sino que la educación muchas veces tiene la culpa de esto.

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