martes, 7 de enero de 2014

Finito.

Atención: redoble de tambor...

ran rataplán; tantarán;tantarantán


¡¡¡ Por fin!!! Se acabó. Un año más los angelitos de mi casa se han salvado, han sobrevivido otras navidades y volverán a descansar hasta dentro de unos meses. Once, más o menos, envueltos cuidadosamente y guardados con todo celo y cariño.

Toca recoger las piñas doradas, los adornos y la estrella del árbol. 



El mío es reciclable, o sea, para el año que viene nos valdrá el mismo.

Finiquitadas. Menos mal. Este año me he librado de algunas reuniones familiares. Ahora toca que los niños vuelvan al cole. Se acabó el turrón (en mi casa al menos), los roscones, el polvorón traicionero (ese que se te atraganta en el momento más inoportuno) y los dulces en general.

Se ha dado el pistoletazo de salida para perder esos kilitos de más (o esos kilazos, porque algunos...madre mía como se han puesto), ya se vislumbra la operación bikini en el horizonte.

Ya tenía ganas. Cada año lo llevo peor y salvo por los niños, su ilusión y lo mucho que disfrutan, cada año me gustan menos. Hasta el punto de que pienso seriamente en irme de vacaciones a un país musulmán, o budista, el próximo diciembre (si pudiera permitírmelo, vaya que si lo haría).

Lo único bueno es que a partir de ahora, cada vez hay más horas de luz solar. 



Amanece más temprano. Anochece un poquito más tarde.

4 comentarios:

  1. Bueeenoooo... pues se acabó el simulacro de felicidad!!! Ale, a recogerse y a recomponerse. Me encantan tus angelitos, son tan tú...
    Un besote y Feliz Año Nuevo!!!

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  2. Igualmente, guapa. Ahora toca dieta de lechuga y agua; y a pensar en las próximas vacaciones.
    Besos angelicales.

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  3. He ido a comprar al supermercado y parecía que habían barrido en la zona de ensaladas, jaja ya pensando en la operación bikini

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  4. Puff. Lo malo es que ya se avecinan las torrijas de Semana Santa, jajaja.
    Besos.

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