miércoles, 17 de octubre de 2012

Hormiguita.

Cuando estoy rodeada de gente tengo la sensación de que me diluyo, que soy practicamente invisible y que mi presencia no es percibida por los que me rodean.
Hubo un tiempo, no excesivamente lejano en el que podía pasear horas y horas por el centro de la capital del reino. Me gustaba perderme por estrechas callejuelas por las que apenas caben un par de coches, para dejar que mis pasos terminaran convergiendo en la Plaza Mayor, atravesarla por el centro, deteniéndome en los grupos de turistas locales, haciéndose fotos con las estatuas humanas.
Bajar hasta el mercado de San Miguel, cámara en mano, ir a la Plaza de la Villa y de ahí a Bailén.
Otras veces me he sorprendido a mi misma en los jardines del Palacio Real, sentada en un banco, mirando mi plano de falsa turista (con botella de agua incluida para disponer de todos los aderezos) lo que me permitía observar con disimulo los besos fugaces y también los besos profundos de los enamorados, los que no se ocultan, los que nada temen.
He entrado en silenciosas y oscuras iglesias. He fotografiado balcones y esquinas. He captado a contraluz la vida de las calles.
En más de una ocasión, mi espíritu cansado de todo, ha bajado de Callao a Sol, por la calle más concurrida, con la absoluta certeza que nadie reparaba en mi. 
Como obrera de hormiguero, siguiendo la marea humana, sin saber si mi rumbo lo elegía yo o lo marcaban otros.
Una vez me sentí parte de la cadena que permitía moverse la bola de la mentira.


Pero los años y el peso del desencanto hacen que quiera soltar mis manos y dejar que todo se estampe contra el suelo. Pero no, mi extraño sentido interno de la responsabilidad, me hará continuar aferrada, ser otro eslabón y hacer que no se caiga la bola de millones de hormigas.

¡¡Soy parte de la cadena, soy parte de la cadena, soy parte de la cadena!!

Y en pocas horas, volveré a fingir que me creo que soy una parte importante de los activos del hormiguero, todos por el bien común, sin plantearse más que obedecer y callar. Como si hubiera firmado votos de novicia de una no espartana congregación.
Voy a concentrar mi pensamiento en sentirme una vez más diluida, invisible y sobre todo impermeable a las voces de la estupidez humana.
¿Soy la única que tiene la sensación de ser un minúsculo grano de arena en el universo infinito? Voy a ser simplemente hormiga.

8 comentarios:

  1. Me sumo a esa sensación de hormiguita ignorada (que no ignorante, jeje), peeeero tú eres de las de la peli Bichos de Pixar, con mucha más gracia y mucho más talento.
    Un besito.

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    1. No sólo es la sensación de ser hormiguita, también es el tamaño, jejeje.
      Besos desde el hormiguero.

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  2. como me identifico contigo Estrellas... totalmente. algunas veces, muchas, tengo ganas de pararme en la marea de gente y preguntarme a dónde voy. a veces es tan difícil sobrevolar y dejarte llevar por lo que verdaderamente piensas que es lo mejor, cuando acabas arrastrado por lo que tienes a tu alrededor.
    hay que ser uno mismo, y si para eso hay que ser hormiga allá voy, aunque también me gusta el enamorado que nada teme.

    besos

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  3. Pues en la peli de Antz, había una que se revelaba y no se dejaba arrastrar por el resto. Creo que somos muchos haciendo ya lo mismo, siguiendo nuestras propias corrientes.
    Besos.

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  4. Esa sensación la conozco. Yo también me he perdido paseando por esas calles de Madrid, como estudiante y turista. Qué recuerdos me has traído!!!
    Pero yo quisiera ser abeja, de esa comunidad trabajadora y bien gestionada que controla tan bien a los "zánganos" (políticos para más señas), que falta nos hace aprender de ellas.

    Besitos rebeldes.

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    1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    2. Me uno a tus besos rebeldes (es que hoy estoy muy subversiva).
      Y me alegra que hayas tenido buenos recuerdos recordando paseos por Madrid ¿bonita ciudad, verdad?

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  5. Gente que ha viajado más que yo ( que suerte) siempre dice que Madrid es una de las 3 o 4 ciudades del mundo que hay que conocer antes de morirse, las otras son Londres, París y Nueva York. La propietaria de este blog me conoce personalmente, soy un chica normal pero muchas veces salgo a la calle para no sentirme invisible y excepto ahora ( que estoy en estado) siempre me dicen cosas bonitas y eso, a veces, no me hace sentir tan sola entre tanta gente. Aunque ya se ha perdido el buen piropo castizo, Jajajajaja

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